viernes, 29 de junio de 2007
Adiós Argentina...vida en San Pedro...ciao Chile!
domingo, 24 de junio de 2007
El Paso de Jama- Cruce (frustrado) de la Cordillera de los Andes
Se inicia andadura en Abra Pampa, todavía Argentina, dónde compartimos 8 ciclistas refugio eclesiástico ofrecido por el padre Jesús, infatigable luchador social, conocido como el Che Guevara de Abra Pampa, gran personaje!
Ya en la ruta los primeros días son tranquilos, ascenso paulatino, carretera de ripio en no muy mal estado, paisajes enormes y la posibilidad de pedalear por un enorme lago totalmente seco, primera experiencia de "navegación" en bici, vendrán otras. Disfruto del clima de la puna ( como se conoce acá al altiplano) que ofrece unos agradables 20-25° C de día y unos gélidos -10°C por la noche así que toca encerrarse pronto "en casa". Por cierto cada vez ando más suelto en el asunto de pedir techo "por la patilla" y casi siempre con buenos resultados, pronto os hará un pequeño resumen de los lugares que me sirvieron de morada. En esta etapa descansé en la municipalidad de Rinconadilla tras pasar una agitadísima tarde jugando con los niños del lugar.Es curioso, la falta de oxígeno apenas se nota cuando se anda en bici pero pie a tierra un pequeño sprint de 50 m. requiere media hora de recuperación. Los chiquillos rebosantes de glóbulos rojos miran incrédulos al exausto visitante del que, creo, dudan capaz de recorrer un continente en bici.
Tras tres días de pedaleo llego a Susques, la puerta del Paso Jama en la frontera con Chile, el único paso andino abierto los 365 días del año pues la sequedad del ambiente asegura (?) un paso sin nieve. Desde susques hay que subir el Abra del Taire hito de inicio de la parte alta del altiplano, valga la redundancia, ya por encima de los 4000m. Llegar a este punto no tiene más complicación que la de pedalear 4 0 5 días siempre pa arriba, pero una vez aquí aparece un convidado inesperado, el viento.
No volveré a narrar las experiencias de un ciclista intentando avanzar con el feroz viento en contra ( ya lo hice en Viento Patagónico), la única novedad acá es la arena lanzada a más de 70km/h hacia el rostro, muy divertido.
El panorama en los tres siguientes días es desolador: el avanze se limita a unos 35 km / día aún y pedalear cinco horas, no existe más protección contra el viento que unos pequeños puentes donde monto campamento por la noche, a más altura menor temperatura, la condensación crea una interesantísima capa de hielo sobre mi saco de dormir, tan interesante que uno pasa las noches averiguando como eliminarla. La fatiga, el sueño y sobretodo la moral pasan factura.
Una mañana, milagro, el viento amanece calmo, sin desayunar, a la carretera! En hora y media hago 28 km, ya diviso laaduana a sólo 6 km. En esas despierta eolo, una hora para circumvalar la salina de Jama y llegar a destino. Horrible. En la aduana pre-frontera el primer abandono, Celine y Francois toman un camión. Los otros seguimos, de momento. Somos tentados por dos vehículos, a sus ojos es inhumano avanzar con ese frío y el tremendo vendaval, cede Gregory. Alcanzamos, con gran esfuerzo mediante, el Paso Jama. Foto de rigor y a bajar. Rídiculo es avanzar a menos de 10km/h en descenso y pedaleando, para más inri no hay puente esta noche y montar, dormir y desmontar la carpa enmdeio de tamaño "huracán" es toda una odisea.
Amanece y a pesar de los rezos a la Pachamama el viento no paró, incluso es peor que ayer, además unas espesas nubes están dipositando nieve en los picos circumdantes, hoy no hay sol que caliente y la temperatura permanece en sus mínimas nocturnas. Intentamos avanzar, total no quedan más de 100km de altiplano. Imposible para mi, si ayer avanzábamos a 7 u 8 km/h hoy es mucho aguantar el equilibrio, ejercicio que no permite avanzar demasiado. En un ataque de cordura, raro en los ciclistas, decido dar media vuelta y volver a la frontera, a buscar un camión; giro 180° y sin dar un sólo pedal alcanzo los 30 km/h en menos de 200 m., qué fácil avanzar con la ayuda del viento! Más difícil me resulta frenar, viene un camión; no hace falta explicación al camionero, monto bici y equipaje y me instalo en la calentita cabina. Por la cabeza ronda un sentimiento de rendición prematura aunque creo que hice lo correcto, en total de 7 ciclistas que iniciamos el paso 6 hicimos un tramo del altiplano chileno en camión, sólo Gael tuvo arrojo suficiente para hacer toda la etapa; la tormenta blanca que desfila frente a la luneta del camión es la causa.
Evidentemente no es lo mismo contemplar el imponente paisaje dentro de un calentito camión que sufrirlo en las propias carnes sobre la bici; el final de nuestro periplo por Jama es tan bizarro que no sé cómo explicarlo, mejor os lo contaré cuando vuelva. Llegamos ya a San Pedro de Atacama, sito en el desierto más árido del mundo, lo que no impide que lleve tres días acá sin ver el sol ( lo mismo me pasó en el Sáhara...), sigue el mal tiempo y desde el día después de nuestra llegada el Paso fronterizo está cerrado de forma indefinida, por la nieve claro.
En fin el Paso de Jama quedará siempre en el recuerdo como plaza no conquistada, feudo del viento, guardián de estos paisajes inaccesibles para la mayoría de ciclistas en teimpo de tormenta. Es parte del juego, respetar las montañas, conocer los límites de uno mismo, apreciar cuando la Pachamama (la madre tierra, muy venerada por estos lares) permite recorrer sus tesoros y aceptar cuando dice: chiquillo, por aquí, hoy, no pasas!
jueves, 14 de junio de 2007
Tres horas en Bolivia
Son los llamados tranportistas hormiga, una de las caricaturas más crueles de lo que debería ser una legislación aduanera. Me explico. La mercancía proviniente de Argentina no entra a Bolivia en camión: inspecciones, papeleos, aranceles...dificultan un comercio entre ambos paises, pero existe un vacío legal. Se puede cruzar la frontera con lo puesto, sin papeles ni preguntas. No valen, en este juego, ayudas tales como carretas o bicis, estas pasan inspección.
Y estas primeras y escasas tres primeras horas en Bolivia dieron para mucho más; en la plaza central de Villazón se celebraba una feria escolar dónde los chicos y chicas presentaban sus proyectos empresariales, algunos tan interesantes como comercializar licor de leche de cabra ( buenísimo) o un mayor aprovechamiento de las carnes de llama haciendo chorizos y embutidos.
jueves, 7 de junio de 2007
La Quebrada de Humahuaca
Bueno acá se le llama Quebrada a lo que en la península se conoce como cañón, o en palabras simples y llanas un encajonamiento creado por un río. Y aquí de esto andan sobrados, he recorrido la Quebrada de las Flechas, la de las Conchas, la del Toro y ahora ando por la más famosa ( quizás no la más bella) de Humahuaca, todas se caracterizan por sus duras subidas o bajadas ( en serio?, seguir el cauce de un río no es nunca plano??) y por los espectaculares colores de las paredes que las circundan. La palma en eso se lo lleva el Cerro de los Sie7e Colores, en Purmamarca una de las villas más visitadas y que a pesar de sus encantos naturales está infestada por el terrible virus del turismo de autobús: comidas carísimas, niños que no van a la escuela para pedir a los guiris, meaderos de pago, mujeres que te persiguen con artesanías etc. etc.
Aún así una vez uno se aleja del centro se pueden apreciar los Pucarás, nombre que se da a las ciudadelas pre-hispánicas, de la época en que la Quebrada formaba parte del camino del Inca y único recuerdo de esa época. Estas ciudadelas están siempre colgada de una montaña y rodeadas de innumerables cactus gigantes lo que les da un aura especial.
Siguiendo por esta ruta ingresaré de nuevo en la Puna, el Altiplano, otra vez sobre los 4.600 metros de altura, a cruzar los andes por segunda ocasión esta vez buscando el desierto de Atacama, el más seco del mundo. De él dicen que tiene puntos dónde no ha caído una gota de lluvia en los últimos 200 años y eso junto a su altura lo convierte en el mejor lugar para observar los cielos nocturnos, no hay astrólogo que se precie que no curre por allá.
Para eso falta todavía mucho, debo antes subir montañas y visitar otros pueblos desolados que me impedirán, durante un buen periodo de tiempo, dar notícias de este viaje sobre ruedas.
Y mientras vosotros pasáis las calurosas noches del incipiente verano a la fresca con una cervezita en la mano ( al menos eso hacía yo) a un menda le toca encerrarse a las 8 de la tarde en el saco, antes que el hielo se apodere de mi. Disfrutarlo pues!
Una familia de ciclistas
Bonita vista de la ciudad de Salta
Así puede pensar el típico viajero que llega a ella, se aloja en su helado camping o en uno de sus muchos hostales, buscando un poco de diversión nocturna y un montón de excursiones por los alrededores. Pero para el ciclista Salta es diferente, es una parada obligada en su camino al norte ( o al Sud, depende) gracias a una família, los Marín, que desde hace 3 años acogen a todo cicloviajero que pase por ahí. Y no somos pocos, en la foto podéis ver a Ramon, nuestro anfitrión y los seis ciclistas ( a saber: franceses,Quebecois, aragoneses y Català) que invadieron su casa . Y qué bien lo pasamos, siempre con el pasatiempo preferido de todo ciclista: papear!!! Así cayeron asados, pasteles, pastas al roquefort, empanadas, mates con galletas, dulce de leche por un tubo y un largo etc.
Además mi visita coincidió con la mayor afluencia de cicloturistas que haya visto nunca la ciudad de Salta: hasta 11 viajeros nos juntamos a cenar, contar batallitas ciclistas, repasar mapas y rutas y, estábamos todos de descanso, tomar unas birras! Con la misma excusa del descanso me tocó, junto a los dos aragoneses, montar una sangría que aunque fue ligerita, perduró en nuestras cabezas al día siguiente. Y es que a una vida de deportista hay que buscarle de vez en cuando el equilibrio a base de birras, cubatas y un poco de transnoche con las risas fuímos a la cama a las 4 de la madrugada.
Tal concentración de ciclistas atrajo a la prensa local, y convertido en portavoz oficial de los ciclistas, salí en directo por la radio Salteña que al parecer tiene mucha audiencia. Aparte de la´ya pesadísima explicación de siempre ( de dónde eres, de dónde vienes, a dónde vas, cúanto tiempo de viaje blablabla blablabla...) se me ocurrió hacer un poco de propaganda de la casa de ciclistas y dije, textualmete: "Los Marín acogen a todo aquel ciclista que se acerque a su casa". Normal diréis, ignorantes como yo que el término acoger tiene una connotación 100% sexual en Argentina; así que de querer hacerlos quedar bien pasaron a ser una família de degenerados!!!! Cosas del idioma.
No hablemos más de farras ni de meteduras de pata sino de la família de ciclistas. En la casa de los Marín manda Tina, la mamá, una mamá que sus 4 hijos Viqui, Graciela, Gerardo y Ramón no tienen problema con compartir con todo aquel que se acerque sobre dos ruedas; y es que no se trata sólo de ofrecer un techo y un poco de té, se trata de compartir en mayúsculas, entrar a formar parte del círculo familiar por unos días, dando y recibiendo mucho cariño. Sin que te conozcan de nada y con el único vínculo de la pasión por los viajes en bici, esta gente ha acogido a más de 70 viajeros. Una muy loable iniciativa que permanecerá, seguro, como una de las mejores experiencias del viaje. Con todo esto, lo difícil fué marcharse y hasta por tres días fuímos retrasando la salida, jeje. Aunque nos guste la carretera, acampar, desyunar avena y pasar frío y calor uno se acostumbra rápido al calor de un hogar!
De nuevo agradecer a Ramón, Viqui, Gerardo, Graciela & Joaquín y a Tina por todo, aparte de la pequeña llama con que nos obsequiaron y que luce en mi manillar, nos llevamos un montón más de recuerdos de vosotros!
Con todo, ya sabes mamá, prepara un par de camas de más por si se presenta algún ciclista, podría ser tu hijo, jeje